El tipo

«Y vos Benjamín. No hay manera que te puedas sacar de la cabeza a Irene. Y la mina tiene más ganas de casarse que Susanita. Debe tener más de treinta y siete revistas de trajes de novia arriba del escritorio. Se comprometió con fiesta y todo, pero vos seguís esperando el milagro Benjamín. ¿Por qué?»

Porque las voluntades son atemporales. Se cruzan con la vida como los arcoiris unen cielos con cascadas, desdeñando al horizonte. O embelleciéndolo.

Porque siempre supe que estaba ese algo, más allá de todo. Más allá de los cuándos del deseo. De las distancias. Las negaciones. Los desentendimientos y las rendiciones. Algo más allá de nuestros «mirar para otro lado». Más allá de vos y más allá de mi. Algo que inventamos nosotros. Que estamos descifrando. A lo que no renunciamos. A lo que estamos llegando.

Porque me encanta pensar que existe ese algo. Me apasiona. Creer que hay un destino. Que es mayor a esta vida. A las vidas. Creer que los sueños y las señales son parte de ese algo. Que mis elecciones están configuradas en un mapa todo. En un todo de algo.

Porque el milagro no existe. Porque depende de tu puedo y de mi quiero que el TEMO se convierta en TEAMO.

El secreto de sus ojos - lunes, doce de abril de 2010

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