Pelota de Plástico

Sin embargo, casi nada escapa a la Ley de Gravedad. Todo lo que sube, inevitablemente tiene que bajar. Y al hacerlo, chocar.

A veces, el impacto es tan fuerte que hasta el alma rebota en la metáfora. Elevándose. Congelándose en el tiempo.

Yoyo del espíritu. Tinenti astral. Subir y bajar, como pelota de plástico.

Consecuentemente - lunes, dos de febrero de 2015