El general dijo lo que tenía que decir. Y bueh.

Son complicados los sueños. Entre otras cosas porque tienen un punto A, indeterminado sobre algún momento de la noche, y un punto B al despertarse. Podrá ser muy lindo, bonito o barato. La represión del deseo o el deseo hecho carne, pero carne de sueño, miedo, ficción, confusión, retazo de cielo, pueblo. Una oportunidad, otra vuelta de tuerca, una escalera que llega a algún cielo.

Los sueños son un intento. Pero no cualquier intento. Son las ganas de que lo que quiere ser, sea de nuevo, de vuelta, o que de una vez por todas sea. Ideal oportuno de realidad posible a conquistar, con un impulso de voluntad. Paciencia y llegar. Jugar.

Pero también hay punto B, y hay despertar. Y eso también es sueño. Y me despierto de nuevo, sueño tras sueño. Y la verdad es que no se que hacer.

El secreto de sus ojos - martes, diez de agosto de 2010

Estado de amor puro

Esa es mi «pasión». No solo es de Rosario y de la historia. Y cuando digo historia no me refiero solo a La Historia. Me refiero a otra historia, que no por no ser señora sea menos importante. Mi pasión es pulsar en mi cabeza noche tras sueño y mañana, un amor conjugado por el todo. Por mi y por vos, que sos lo que yo pretendo que seas. No solo idea, también proyecto. Proyecto de miedo y de sur y de cielo. Un amor construido por cada segundo de imaginación estacionada en una docena de momentos, que no por ser simples sean menos que otra historia. Un amor transcendente, que perdure intacto, «sin el desgaste de lo cotidiano».

El secreto de sus ojos - martes, diez de agosto de 2010