que pin que pan

desde lo cotidiano, mi necesidad de algo
algo importantemente simple para compartir
los horizontes y paisajes de siempre
que son como veranos extraños, duraderos
y además de tus detalles, que encandilan

el orgullo de verte, domesticándome
a mate, bizcochos y anécdotas de playa
con tu voz inconfundiblemente quejona
con tu belleza rebelde y coherente
y el Sol de una mañana somnolienta

Re-Evolución - domingo, treinta y uno de agosto de 2008